miércoles, 30 de marzo de 2011

El planeta K-Refour

Todos los lunes por la tarde voy al planeta K-Refour a hacer la compra semanal. Todos los lunes del año, excepto fiestas, cojo mi nave espacial, salgo del hangar de la Estrella de la Muerte y me planto allí en dos minutos. Sí, cae cerca. Eso es importante, porque de otro modo no sería económico hacer la compra. Si tuviese que recorrer la galaxia para llenar la cesta, al precio de los alimentos habría que sumar el del combustible y, con lo que está subiendo el pluto plutonio, sería para planteárselo. Por ejemplo, hay otros planetas donde se puede adquirir comida y lo demás para la casa, como el planeta Mer-K-Dona, el asteroide Pry-K, la estación espacial Al-K-Mpo o la luna K-Prabo (Qué curioso: todos llevan la K... ¿Será por algo?), pero están más lejos y no es rentable.

Y es que hay que mirar mucho los precios, que la crisis es bastante universal. De hecho, tengo entendido que ha llegado a otras galaxias lejanas, como una que se llama la Vía Láctea, donde viven unos seres muy, pero que muy raros. Pero ésa es otra historia. En el planeta K-Refour no te cobran por aterrizar con la nave, lo cual ya es un dato a tener en cuenta, aunque no te atienden seres vivos cuando llegas, sino robots. Hay uno nada más llegar que tiene un brazo muy largo, a rayas blancas y rojas, y que te deja pasar sólo si le arrancas de la boca una tarjeta que deberás conservar hasta que te marches, porque si la pierdes, te toca pagar una fortuna por sacar la nave espacial de allí. ¡Pagar por llevarte tu propia nave! ¿Habrase visto? ¡Es el colmo!

El camino desde el hangar hasta lo que es propiamente el supermercado está plagado de obstáculos, algunos infranqueables. Tú llegas tranquilo y descuidado con tu carro y, de repente, individuos de todos los pelajes aparecen de la nada y te asaltan a cada paso intentando venderte una cuenta corriente de color naranja, un seguro para la nave espacial, un purificador de agua y no sé qué más cosas absurdas. Normalmente me deshago de todos ellos con mi espada láser. Voy soltando  mandobles a diestro y siniestro hasta que no queda ninguno. Cuando alcanzo la entrada, después de dejar los pasillos sembrados de cadáveres, me asalta un guardia imperial y me pide que selle las bolsas que llevo de otros comercios. Pero ¿por qué? ¿Acaso tiene miedo de que saque lo que llevo en las bolsas y lo ponga en las estanterías del K-Refour? ¿Qué pasa? ¿Así tendrán mas artículos para vigilar para que no les roben? No lo entiendo. 

Una vez dentro de lo que llaman la sala de ventas, o sea, los pasillos con estanterías, empieza la ciencia. Y es que hay que ser licenciado en exactas para entender lo que te dicen, porque no te venden comida, no, te ofrecen complicados cálculos aritméticos como 3x2, 4x3, la segunda unidad al 70%, lleva 2 y paga 1, el kilo le sale a tanto y otros quebrados, logaritmos neperianos y raíces cuadradas que, como no tengas una calculadora científica a mano, no podrás descifrar en tu vida. Gracias a que estudié con los mejores maestros, como el maestro Yoda, que si no, no sé qué habría sido de mí en estas lides. Así que cojo lo que necesito e intento no sucumbir a las tentaciones que tienen preparadas para los incautos, como que te regalen una bonita bandeja-cojín al comprar 120 latas de refresco del plantea Co-K-Cola (¡Anda! otra vez la K), o un abrelatas con mp3 si te llevas 15 garrafas de aceite lubricante para androides.

Cuando he terminado mi compra, voy a las cajas sin cajeras y paso los artículos por el escáner. ¡Pip! Luego  pago con mi tarjeta (la de crédito, no la del hangar) y vuelvo a llenar el carro, pero esta vez sin bolsas, que hace décadas que se extinguieron en este planeta. En vez de eso, utilizo unas de rafia que previamente he tenido que comprar. ¿Dónde? Pues allí, en el planeta dichoso, claro está. Luego vuelvo a pasar por el pasillo donde me asaltan de nuevo los alienígenas que me ofrecen cosas absurdas, como adosados en la playa, desenvaino la espada y dejo otra carnicería por los suelos a mi paso. Lo siento, el Lado Oscuro es lo que tiene. Llego a mi nave y la lleno con la compra. Por fin salgo del hangar (utilizando la tarjeta de la que os había hablado antes) y me dirijo a la Estrella de la Muerte.

Al llegar a casa, Leia me recibe en la puerta con la típica frase de todos los lunes: 
-"Arturo, ¿has comprado los cereales para Obi Wan? No los veo".
-"No, querida, no sabía que hicieran falta cereales". 
-"Pues sí, hombre, si te lo he puesto en la lista. Es que no miras bien ¿Ves? Lo pone aquí: ce-re-a-les. No te enteras de nada. Yo no sé para qué te hago la lista todas las semanas si luego no la miras. Pero, tú ¿en qué piensas cuando vas al planeta K-Refour?".

25 comentarios:

  1. Jiji, si es que todas las Leia somos iguales... Obi-Wan no hace lista de la compra porque usa el poder de la Fuerza, lo que pasa es que lo usa para las cosas importantes como la cerveza, los Nachos, la carne para la barbacoa... el papel higienico o el pato WC deben estar en el reverso tenebroso porque siempre se le olvida!

    Nosotros solemos coger el Halcón Milenario, así que si ves alguno en el planeta K-Refour saluda (pero no dispares!)

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  2. Jajajajajaj me parto, pero digo yo, que tu planeta es antiguo de cojones, porque si aún tenéis Pry-K es para estudiarlo. Aquí tenemos uno nuevo, Ypr-k-or.

    Besitos!!

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  3. Imagino que no pocas veces, oh Lord Sith, te habrán entrado ganas de orientar el laser letal de la estrella de la muerte a cualquiera de esos planetas... sobre todo desde que en algunos no dan bolsas :D

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  4. jejeje, sali de comprar contigo es la ost..,

    Usas mister proper????

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  5. Leia:

    Muy arriesgada tu afirmación de que todas las Leias sois iguales. Yo sólo conozco a una y así la estadística es poco de fiar, pero si tú lo dices...
    Y ese Obi-Wan que tienes, cuídalo mucho, que si todavía es capaz de ir al planeta K-Refour con lo que se le viene encima, vale su peso en oro.
    Y no le tengas en cuenta lo del pato, que es sabido que el cerebro de los hombres no está preparado para según qué cosas. Nosotros somos más de supervivencia; se puede vivir sin papel higiénico, pero sin nachos... Nasti de plasti.

    Ana, Ana:

    El planeta Pry-K es ahora un parque temático dedicado a las civilizaciones extinguidas, pero ése otro que dices no figura en las cartas de navegación porque la K está puesta con K-lzador. Ja ja ja.

    Mr. Rific:

    Lo de las bolsas leí por ahí que era una maniobra de los fabricantes de bolsas de basura para recuperar ventas. Y no me parece tan descabellado. Al final, ni ecología ni puñetas. Sisqueee...

    Julio-jagdo:

    En casa ya no usamos marcas tradicionales, sólo marcas negras, las del Lado Oscuro, ya sabes.

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  6. Si es que hacer la compra es toda una experiencia, sea en el planeta que sea de esta gran Galaxia nuestra. Me alegro de haber compartido la experiencia, no seas tan duro con los pobres vendedores de cosas absurdas. ¡Y la proxima vez, no olvides los cereales para Obi-wan, que no tendra nada que desayunar si no!

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  7. Hola, Nerea.

    ¿Que no sea tan duro? ¿Que no sea tan duro? Esa gente está entrenada para absorber tu cerebro con artimañas mentales propias de los jedis. Te miran fijamente a los ojos mientras te dicen: "Vas a comprarte un apartamento en la estación espacial Marinador" ,"tu caza imperial necesita el seguro de Línea Indirecta" o "llama al veinteventiunoventidooos".
    Si no te defiendes estás perdido.
    La Fuerza es intensa en ellos.

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  8. Por eso nunca voy a comprar sólo... soy de letras.
    Abrazo.

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  9. Qué tal, Elvis.

    No vas a comprar solo, ¿quiere decir que te haces acompañar por una becaria para que te haga las operaciones matemáticas?
    ¿Y está buena?
    Contesta primero a la segunda pregunta.

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  10. En este orden: está buena, lleva calculadora y aunque no es becaria, me llevó a la vicaría...

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  11. Pues, en ese caso, amigo Elvis, lo que Dios ha unido, que no lo separe un 3x2.
    Amén.

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  12. Peligrosos son ciertamente los planetas alimentarios eses... La próxima vez que vaya si no puedo evitarlo me dejas la espada láser para ir repartiendo a los inorportunos que me importunan...
    Bonito relato.
    Un besote

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  13. jajaja, cosas del dia a dia, luego cae alguna chuminada a la nave de carga y poco a poco los motores pierden potencia con el peso jeje
    saludos

    http://dalecalor.blogspot.com

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  14. Ja, ja, ja... Conviertes en divertida, la rutina de la compra semanal... Ahora, que un humilde consejo si me lo permites Sr. Skywalker... No debereis ser tan beligerante con las tropas que te ofrecen todo tipo de productos... tal como estan los tiempos, se tienen que enrolar donde se pueda para cobrar unos miserables euros...

    Un fuerte abrazo

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  15. Hola, Kamikaze.

    Lo siento en el alma, pero como decían los antiguos, hay tres cosas que un hombre no debe prestar nunca: la pluma, el caballo y la mujer. Yo añado que la espada láser. Es que fue un legado del gran maestro Yoda, y para un Caballero Jedi es su más mejor tesoro.

    Buenas, Dale calor.

    Si sobrecargas la nave, además de gastarte más de lo presupuestado (y no están los tiempos para derroches), te aumenta el consumo de plutonio y eso sí que no puede ser, Maria Teresa, no puede ser.

    Qué hay, Fer.

    No te digo que no tengas razón en el fondo; yo también tuve que hacer cosas parecidas en mi juventud. Pero lo que me llena de ira (y ya sabes que la ira lleva al Lado Oscuro) es que insistan tanto. Que se ponen mu pesaos, joé.
    Yo también te daré un consejo a ti: lo que funciona siempre es decir que ya lo tienes. Lo que sea que te vendan, da igual.
    -"¿La cuenta anaranjada? Sí, sí, ya la tengo, gracias".
    -"Ese purificador de agua lo tenemos en casa y va muy bien".
    Etc., etc.

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  16. Ya sabes que tengo vetado acudir a centros de propiedad francesa salvo para hacer espionaje. Es lo que tiene servir a un jefe valenciano.
    Afortunadamente como siempre cojo lo que no toca y olvido lo necesario "mi santa" se ocupa por completo de la logística alimenticia de la tropa mientras yo cocino.
    Prueba con las tiendas valencianas que todo queda en casa y también tiene parking.

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  17. Hola, Altos y bajos.

    Ya conozco el planeta del que hablas. De hecho, parte de lo que gano al mes, va destinado a que tu jefe engorde más y más cada día. Lo que ocurre es que, como tenemos división de poderes en casa, a lo Montesquieu, es Leia la responsable de comprar allí. Así es que puedes estar tranquilo.

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  18. Yo le estoy haciendo la casa al jefe valenciano de Altos y Bajos. Y al jefe de su jefe. Se van a ir a vivir juntitos. Y van a tener unas vistas muy bonitas del río.

    Yo soy del valenciano. Y me sorprende que Pajines y similares no protesten por el nombre de Mercadona, tan vejatorio para estas memas a las que tanto les gusta escandalizarse.

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  19. Vaya sorpresa, Impenitente.

    No tenía ni idea de que te dedicaras a hacer casas. Tampoco entiendo de dónde sacas el tiempo para correr, leer, escribir reseñas en revistas de literatura, administrar un blog, montar estructuras metálicas, comentar en otros blogs, hacer turismo por Europa y, ahora, construir casas. De verdad que me hago cruces y no lo entiendo.

    Lo que sí entiendo es lo de las pajines: sencillamente, no han entrado en un Mer-K-dona en su vida. Posiblemente no sepan ni que existe. Pero tú espera a que se sepa que tu cliente se presenta por el partido de la gaviota. Ay, amigo, entonces verás a todo el aparato memo-mediático ponerse rápidamente en marcha. País.

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  20. Ah, se me ha olvidado decir que eres un "pozo" de sorpresas.

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  21. ja ja ja
    El sábado estuve comprando en De-K-thlon y me dió por reirme al acordarme de tu blog.
    Gracias

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  22. Hola, Chewbacca. Ya te estaba echando de menos por la galaxia.

    Te agradezco que te acordases del blog.
    Por cierto, ¿cómo van tus progresos con San Bruce Springsteen?

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  23. Yo las casas sólo las hago cuando son de acero.

    Y como soy de ciencias soy cuadriculado y tiendo a optimizar el tiempo. Y ójala lo optimizase mejor. Todavía me quedan muchas cosas que me gustaría hacer.

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  24. Una cosa, Impenitente.

    No me imagino viviendo en una casa de acero; me daría yu yu que me cayera un rayo. Y luego lo que se debe calentar con el sol. No lo veo, no lo veo.

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  25. ¡jajaja! me he sentido muy identificada contigo en esto del planeta k-r-four. Por eso, suelo desplazarme al mer-k-dona, la guerra es menos cruenta.

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