Parece que últimamente me haya dado por las efemérides, y que no tenga otro tema de qué hablar que no sea del día de esto o del de lo otro. Lo mejor es que no es un día oficial de la Unión Europea, ni de la Unesco, ni de la TIA, ni nada de eso: es el Día de la Bici del cole de mis hijos. Casualidades de la vida, nada premeditado, lo prometo. Lo único que me ha animado a escribir acerca de tal fecha es que pienso participar en ella activamente por primera vez, es decir, que voy a coger mi velocípedo, pasarme el día subido en él y, encima, en compañía de los míos.
Se trata de una actividad organizada, como ya he dicho, por la escuela a la que van mis hijos pequeños, el "Colegio Público Canciller Palpatine", y consiste en recorrer los doce o trece kilómetros que separan la Estrella de la Muerte del centro escolar montados en las bicis. Padres, hijos y profesores formando una marea multicolor como la del Giro del planeta Spaguetti, pero sin competir. Justamente la celebran ahora que ha acabado la "ronda italiana", como la llaman en la tele, y con la reciente victoria del habitante de la galaxia, Alberto Contador, con lo que la cosa tiene un sabor más patrio y actual. Todos los críos querrán emular a su héroe y sentir por un rato que van enfundados en la malla rosa, y los padres podremos hablar de cosas tales como la dureza de la subida al monte Fetuccini o la contrareloj de Santo Pepperoni. Siempre que nos reunimos los papás del colegio acabamos hablando de fútbol y, como este año, el equipo del planeta Che no ha ganado la Champions, sino que ha sido el de otro planeta más al norte, prefiero tener otro tema de conversación para que no haya susceptibilidades, que en lo tocante a deportistas de la galaxia siempre hay consenso total. Porque ¿conocéis a alguien que no se alegre de que gane Rafa Nadal, o que lo hiciera Miguel Indurain en sus tiempos, o la Roja, como la llaman ahora, etc.?
Otra de las cosas que hacen apetecible acudir ese día al colegio es que la empresa que lleva el comedor invita al almuerzo a todo el mundo, que ya sabéis el gusto que da que te regalen algo en estos tiempos de crisis. Me han contado padres que llevan varios años acudiendo al evento, que el ágape no está nada mal: bocadillos calientes, embutido, jamoncito, vino, cerveza, etc. Vamos, que las calorías que quemas pedaleando doce kilómetros, las recuperas con creces almorzando. Pero, qué caray, todo en la vida no va a ser la maldita operación bikini, que también hay que disfrutar de las cosas buenas, que si no, se te agria el carácter. Tiempo habrá de compensar: un par de horitas corriendo por el río y chim pum.
Todos los niños no pueden recorrer esta distancia; solo los de nueve años en adelante. Los más pequeños acuden de la manera habitual allí y nos esperan haciendo un pasillo a la entrada del cole con banderitas y tocando los timbres de sus bicis. Los que lo han hecho otros años dicen que es emocionante. Luego, los papás nos iremos a la playa a echar una cabezadita, o a pasear, o simplemente a charlar y esperar que acabe la jornada lectiva -que de lectiva tendrá bien poco, porque les tienen preparadas actividades de educación vial con las tropas imperiales y todo eso- y luego, vuelta a casa de la misma manera que la ida, o sea, pedaleando.
Todo esto si el tiempo acompaña, que estamos teniendo unos días de lluvias y tormentas bastante desagradables. Pinta bien la cosa, ¿no? Bueno, pues me voy a dormir que mañana espera un día duro.
Todos los niños no pueden recorrer esta distancia; solo los de nueve años en adelante. Los más pequeños acuden de la manera habitual allí y nos esperan haciendo un pasillo a la entrada del cole con banderitas y tocando los timbres de sus bicis. Los que lo han hecho otros años dicen que es emocionante. Luego, los papás nos iremos a la playa a echar una cabezadita, o a pasear, o simplemente a charlar y esperar que acabe la jornada lectiva -que de lectiva tendrá bien poco, porque les tienen preparadas actividades de educación vial con las tropas imperiales y todo eso- y luego, vuelta a casa de la misma manera que la ida, o sea, pedaleando.
Todo esto si el tiempo acompaña, que estamos teniendo unos días de lluvias y tormentas bastante desagradables. Pinta bien la cosa, ¿no? Bueno, pues me voy a dormir que mañana espera un día duro.