lunes, 14 de mayo de 2012

El Lado Oscuro de la Princesa Leia


Ahora que hace más de seis meses que incineré los restos de Leia, la que había sido mi compañera durante más de tres lustros y madre de dos de mis pequeños Jedis, Obi Wan y Anakin, ahora que ha pasado ya el tiempo del luto por su muerte, y la primavera pide paso sin miramientos a través de los corazones de la gente, ahora, digo, ha llegado el momento de contar la verdadera historia de una mujer, de una princesa de película que nunca llegó a ser del pueblo como otras, sino la princesa del peor lado que tienen las personas: el Lado Oscuro. Los que tengan miedo a que se les derrumbe un mito, un icono de su juventud, que no sigan leyendo, pues aquí encontrarán sucesos jamás narrados que pondrían los pelos como escarpias al mismísimo Emperador. No me mueven ánimos de venganza, lo juro, pues no ha de haberla contra quien está muerto ya. Lo que me mueve realmente es el deseo de que se sepa la verdad. Solo su memoria puede sufrir en estos momentos el escarnio de saberse descubierta y desnuda delante de toda la Galaxia, y que toda ella sepa realmente quién fue Leia y no la dulcificada imagen que intentaba vendernos a todos.

Leia de joven era una niña formalita y buena estudiante, de las de lazos y trencitas. Quería mucho a sus papás y a sus hermanitos y sacaba muy buenas notas en el colegio. Nunca pisaba las plantas y recogía a todos los pajarillos que encontraba fuera de su nido y desvalidos. Era lo que se dice una buena niña. La cosa empezó a torcerse en su adolescencia, cuando ocurre eso que las mamás llaman empezar a "desarrollar", o sea, a hacerse mujeres. Lo que Leia desarrollaba entonces no eran las curvas de una fémina, sino el cerebro de un terrorífico monstruo. Una máquina letal, eficaz y certera. Donde la naturaleza no puso belleza, el poder del Lado Oscuro puso lo demás. Donde no había amor, floreció la maldad. ¡Y de qué forma!

Se le ocurrió alistarse en el Ejército del Imperio para poder dar rienda suelta a sus instintos asesinos. Una vez entró en combate adquirió fama de implacable con el enemigo. Nunca en todos los años de su carrera militar hizo prisioneros. Nunca. Sus compañeros, con mucha guasa, le llamaban Lavii Tor, que era el nombre de un conocido luchador campeón de la Galaxia, lo que ella aceptaba orgullosa. Lo que Leia no sabía era que en el idioma de los geonosianos, también quiere decir urraca. Con esos méritos militares escaló rápidamente hasta hacerse generala del Imperio, puesto que desempeñó con férrea mano y pie durante algunos años. De esa época son conocidos los escabrosos hechos, nunca antes atribuidos a ella, como la destrucción del planeta Tatouine, donde perecieron millones de almas inocentes en unas décimas de segundo, o el asesinato de toda la familia del Senador Organa, su padre, su familia, con sus propias manos, como venganza por no haberle dejado subir a la noria de su pueblo aquel verano. O como cuando empujó a una ancianita hacia la calle en el momento que más naves pasaban para que la atropellaran, o el conocido suceso del aceite de colza, o el sida, Guantánamo y hasta el electro-latino. Todo fue obra suya. Todo fue fruto de su fría y desequilibrada mente asesina, todo salió de su enfermiza cabecita. En aquellos años años Leia era la mala malísima de la película y estaba encantada.

Tenía dos ayudantes tan malvadas como ella, pero no merece la pena ni que las nombre.

Pero cometió un error: se enamoró. Algún cable se le debió cruzar porque no estaba programada para eso. Todo el poder que le otorgaba el Lado Oscuro de La Fuerza no le sirvió para evitar que un apuesto Jedi conquistase su amor antes de que pudiera reaccionar. El Sr. Skywalker entró en su vida y la maldad salió de su alma casi al mismo tiempo. Se quisieron y tal, pero todo era un espejismo. Leia seguía los pasos de su corazón e intentaba silenciar los de su pérfido cerebro, pero llegó un momento en que no pudo resistir más y la lucha la ganó el mal. Ya no le importó disimular y enseñó su peor lado sin pudor... Pero eso sí, solo en casa. Dentro, la lucha por la supervivencia, el terror en cada rincón, la oscuridad, fuera la sonrisa, las cañas y el jomariquebientequedaeso. Una mujer de cara a unos y un tiranosaurio voraz a otro.

Pero todo tiene un límite. Con gran pesar en su corazón, Skywalker urdió y urdió hasta que consiguió que enviaran a Leia a una misión de destrucción y pillaje en un remoto a la par que inocente planeta. Lo que viene siendo una misión suicida, vamos. Sabedor de que no la volvería a ver con vida jamás, de que sería presa fácil para los habitantes de allí, de que pasaría a formar parte de la dieta de alguno de ellos, pues conocía cómo se las gastaban con las princesas con moñetes, se despidió de ella y se hizo cargo de los niños. Y así fue, efectivamente, como meses después le entregaron su cuerpo crionizado en carbonita. Fue su mejor final posible. Al menos había dado su vida por el bien del Imperio.

Se organizaron fastos y se cortaron calles (cómo no) para rendir tributo a su recuerdo. Se rotularon asteroides con su nombre y hasta se permitió que en nuestro idioma, en su honor, se pueda pronunciar la i latina como consonante (leya), pero solo en su caso, como una excepción. Por eso me sentí tan mal que quise explicar lo que sé de ella para que las generaciones venideras sepan la verdad. Que cuando nuestros nietos abran sus libros de texto vean solo luz y claridad, no más mentiras. Ya no más mentiras. Ya no más terror.

22 comentarios:

  1. Tal y como lo cuentas, me alegro de que te libraras de ella. Afortunadamente reaccionaste a tiempo, como buen caballero jedari.
    Un abrazo.

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    1. Hola, Elvis.
      Hombre... A tiempo, a tiempo, no. Algún daño colateral sufrí, aunque pienso que es inevitable. Pero sí, desde que ella descansa en paz yo descanso más en paz todavía. Jajajaj!

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  2. Pues que quiers que te diga... El Lado oscuro tiene su aquel, es atractivo, elegante y echa unos polvos que no veas. Lo malo es que es en el Lado Luminoso de la Fuerza donde esta la Paz de espiritu, la amistad, el amor, la comprensión, y la buena convivencia...
    Por si no me he explicado bien... Ella se lo pierde, y tu lo ganas. Ahora que los Jedis no se den cuenta de lo arpia que puede ser su madre hasta que cumplan los 23 y estén emancipados, que se dice pronto pero eso si que va a ser una dura batalla.

    Mil besos y ya sabes que al otro lado del bosque estamos... por si te hacen falta algún sable laser de apoyo

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    1. Buenas, Leia.
      Vayamos por partes. Desgranemos tu comentario: ¿Polvos que no veas? Jajajajaj! ¡No, hija, no! Si así fuera, hasta yo la habría aguantado. jajajaj! ¡Ojalá!
      Por los pequeños Jedis no debes preocuparte, ellos viven y seguirán viviendo del recuerdo dulcificado que vendió a todos, incluida su propia familia. Es mejor así.
      Y sí, por supuesto que yo gano. Yo estoy vivo y ella no. Eso es una victoria como una casa.
      Y por último, gracias por ofrecer tu hospitalidad. Ya me pasaré a por una tacita de sal un día de estos.

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  3. Joer Skywalker, tas kedao agusto !

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    1. Qué hay, Pau.
      No lo sabes tú bien. Ahora a esperar a que le vayan con el cuento hasta el más allá. Porque le irán, claro que le irán. Hay mucho médium por aquí. Jajaja!

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  4. A veces nos puesde llegar a sorprender, y no para bien precisamente, lo malo que puede llegar a haber en ciertas personas, incluso en aquellas que creemos que podemos confiar en ellas, e incluso, en quienes amamos. Si asi la cosa, lo mejor es que hayais tomado caminos separados. Asi estaras mas tranquilo. ¡¡Saludos!!

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    1. Cómo va eso, Nerea.
      Tus comentarios siempre tan sensatos.
      Lo importante en esta vida es rodearte de buenas personas, y yo aquí las tengo. Otros se rodean de mala gente y se acaban volviendo mala gente, pero bueno... ellos sabrán.
      Ahora estoy más feliz que una lombriz.
      Un beso.

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    1. Qué hay, Altosybajos.
      Ya veo que te ha sorprendido enterarte de la verdad, pero no te preocupes, nunca es demasiado tarde para abrir los ojos.

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  6. Me da que esto sí que es una terapia y no ir a gritar a la playa...ja,ja.
    Ya sabes, acomódate bien el casco, plancha la capa de los domingos y a vivir que son dos días.
    Me alegro de que actualices. Es un placer leerte.

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  7. Qué tal, Mamen.
    Me quito el sombrero ante ti. No se te escapa una, ¿eh? Eso es dar en el clavo y lo demás son cuentos. El problema que tengo es que vivo en la playa y claro, si grito me oirían todos los vecinos.
    Para mí sí que es un placer tenerte por la Galaxia. Un beso.

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  8. Hola, Skywalker!! Tu confesión ha hecho temblar toda la galaxia!!

    Saludos
    Campoviejo

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    1. Cómo va eso, Campoviejo.

      Una sesión de temblores galácticos dicen que vale como terapia contra la grasa localizada. Ya sabes que por ahí hay desaprensivos que te cobran por hacerte vibrar subido encima de una máquina so pretexto de que es bueno para la salud. Será para la de ellos, porque vaya...

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  9. Sr. Skywalker y dice que ha durado 3 lustros? No habrá sido tan mala persona. A lo mejor si vuelve a entrar en su vida por la puerta, el mal saldrá por la ventana ,y esos colmillos tambien,

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  10. Cómo estás, secretaria anónima.

    Se agradece la intención de tu consejo, pero llega unos meses tarde. La princesa Leia es humo, es polvo galáctico que vaga por no sé qué constelación ya. La incineraron y tiré la urna a un contenedor (de los verdes, los de los envases). No hay posibilidad, ni usando las últimas técnicas de clonación, de que regrese a la vida, ni con vida, ni sin ella.
    Sorry.

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