jueves, 9 de febrero de 2012

El mejor amigo del Jedi


Como ya sabréis, hace unas semanas que me mudé a vivir a una choza junto al lago en el bosque de la Luna de Endor. Como dice mi amigo Pau, es como la tierra de la gran Cesaria Evora: verde y azul. Al principio echaba de menos las comodidades de la Estrella de La Muerte, por aquello de la soledad, del frío y del espacio reducido, pero te acabas acostumbrando. Y cuando lo haces encuentras más ventajas que inconvenientes. Así es el ser humano: el único animal capaz de justificarlo todo. ¡Viva la automotivación, piedra angular de la supervivencia! Aquí se respira oxígeno del bueno, no se escuchan más que los trinos de los pájaros, se vive tranquilo y se descansa como dios. Se puede pasear entre pinos nada más salir de casa. Aunque parezca mentira,  estoy a 15 minutos del centro del planeta Che, por si necesito algo o para ir al planeta K-Refour a hacer la compra de la semana (mucho más cerca que muchos barrios de la ciudad). Además hay autobús cada hora en invierno y cada media en verano, hay farmacia, restaurante, kiosco de prensa y hasta una boutique. Cuando llega el frío huele a leña, a pueblo, ves a las garzas y a los patos de cuello verde volar en grupos con esas formaciones militares tan bien calculadas; ves a los tordos,  a las fochas, a los pequeños martines pescadores. En primavera todo se cubre de flores, de olor a pino fresco, de pardillos, de jilgueros, de alegría, de sol. En verano tienes el mar al lado (bueno, lo tienes todo el año, que también tiene su encanto en invierno, pero vas menos) con una playa tranquila y muy familiar, con unas dunas muy cuidadas y llenas de plantas... de plantas de dunas. El otoño es templado e ideal para estar todo el día fuera de casa; el sol no quema y siempre puedes buscar la sombra húmeda de los árboles. Los críos juegan al fútbol, van en bici sin peligro, se suben a los árboles, vamos, que están en su salsa y encantados. Muy poético todo, sí.

Hasta aquí lo bueno, lo positivo. El problema llega cuando se van los pequeños Jedis con sus mamás y te quedas solo un fin de semana entero. Hay que ser fuerte mentalmente -como un auténtico Caballero Jedi- para soportarlo. Lees, paseas, corres, escribes en el blog, escuchas música... Pero vaya ¡Qué solo está uno cuando está solo! Así que he pensado hacerme con un perro. Lo he pensado yo solo, sí, pero cuando lo insinué a los peques, su respuesta fue: ¡¡¡Siiiiiiiiiii!!! ¡¡¡¡Por favor, por favor, por favor, por favoooor!!! ¡¡¡Vengaaaaaaaa!!! ¡¡¡Queremos un perritoooooo!!!! ¡¡¡Vaaaaa!!!!

De modo que, ante tal consenso de entusiasmos incontenidos que me dieron el empujoncito que me faltaba, he decidido dar el paso y ya estoy mirando razas que se adapten a la vida forestal en la terraza de una choza coqueta (no olvidemos que es sinónimo de pequeña), a pasar veranos al tórrido sol mediterráneo e inviernos húmedos con grandes cambios de temperatura. A los mosquitos tigre tamaño XXL del lago , con sus picaduras XXL, y a las avispas alfareras, tan pesadas y tan cojoneras cuando vuelan a baja altura. A los perros y a los niños de los vecinos, a los gatos que pululan por ahí y vienen a hacer sus necesidades felinas a mi terraza, a los días en soledad mientras un servidor está por ahí trabajando y no llega hasta caída la noche, etc, etc, etc. He de decir que todo esto no lo había mencionado antes porque se trataba de glosar las bondades de la vida en el bosque y no era oportuno, pero la verdad resplandece siempre y te golpea en la cara cuando menos te lo esperas, como ahora, por ejemplo.

Tengo que decir que la vida con perros no es nueva para mí. En casa de mis padres, los Sres. Skywalker, simple hubo canes, y mis recuerdos de la infancia van siempre unidos a uno, o mejor dicho, a una. Siempre fuimos partidarios de las hembras. Dicen que son más hogareñas, más amigas de los niños, más fieles, más tranquilas, etc. Vamos, que no necesitaré apuntarme a foros en la red para que me digan cómo se hace para enseñarles a hacer sus necesidades en la calle, o cuántas veces hay que sacarlos al día, etc, como he llegado a ver en internet estos días.

En próximas entregas iré contando el progreso de mi próxima adopción perruna, pero, mientras tanto, se aceptan sugerencias.

Y para ir haciendo boca, os dejo un vídeo que he encontrado por ahí y que va de perros, como era lo lógico por el tema de la entrada.